
24 Ene Cómo soportar a tu mujer embarazada (y desatada)
Querido amigo, este post de Nicolasita es para ti. Si eres la pareja varón de una mujer embarazada de alto voltaje, puede que estés rebuscando en tu teléfono la foto de Whatsapp de tu ex del colegio -no por nada, sólo para ver qué hace-, de aquel rollo erasmus de San Fermín, incluso de la tía que se lió con tu hermano mayor a pesar de que le habías confesado horas antes tu amor. A lo mejor estás alargando tus horas en el trabajo, o disfrazando de cacas lo que claramente no son más que breves micciones… Cualquier cosa antes que compartir tiempos y espacios con la PUTA LOCA que merodea tu cotidianeidad. ¿Verdad?
Puede que sientas que has entregado tu vida, que madre mía a dónde te va a llevar esto, y eso que todavía ni está aquí la criatura. Al final son todas iguales, se quedan embarazadas y se trastornan. Es como si llevase toda la vida mintiéndome y, por fin, veo a la verdadera ELLA: un monstruo acaparador y obsesivo, que no me valora, no disfruta con nada y quiere controlarme desde que me levanto hasta que me acuesto… ¡E incluso mis sueños! Con la excusa de que va a ser madre se permite dejar de ocultar su auténtica naturaleza, que no es otra que la de un agujero negro que te va sorbiendo a fuerza de reproches como si fueses la última gota de su puta Coca-Cola Zero-Zero.
Querido amigo: STOP. Aléjate de esos pensamientos y escúchame. Te voy a contar una serie de cosas que quizás te ayuden:
1. NO SE HA VUELTO SATANÁS.
Tu chica es igual de guay que antes: de dulce, de buena, de TOC, de fuerte, de lista, de tiquismiquis, de hijadeperra. Todo lo que tenía antes del embarazo, lo sigue teniendo. Todo lo que sentía, lo sigue sintiendo. Y, también, muchas cosas más. No es que ahora “se permita” mostrarse tal cual es, es que está sufriendo una serie de cambios que le empujan a actuar de determinada manera. Todos ellos son lógicos y beneficiosos. La naturaleza es sabia. La Diosa Máter sabe que la mamá tiene que crear un nido, así que tu cari se preocupa por la habitación del bebé. ¿Que no es tan urgente, que nadie va a morirse si no está TODO-LISTO-YA? Por favor, piensa que la tranquilidad de tu pareja es crucial en estos momentos, y que el bienestar de ambos y del bebé dependen, en gran medida, de que tú entiendas sus urgencias o, si no las entiendes, al menos las acojas con cariño y alegría en lugar de con rechazo, burla, enfado o resignación. Simplemente, dales salida, apóyalas y muéstrate incondicionalmente a favor de lo que el estado de tu bollito preñado le está dictando en este momento.
2. NO TE ENREDES.
¿Se ha puesto histérica por (lo que tú consideras) una tontería? Ay, amigo. Primero: no te sientas maltratado. ¿Actuaba así antes de estar embarazada? El descontrol en sus emociones es algo completamente normal, y lo único que puede calmarla, apaciguar sus ansias de destrucción, de llanto infinito o de cualquier otra muestra emocional desmedida es que no penalices su estado. Que lo acojas. Que no lo niegues. Que no la niegues a ella. ¿Se ha puesto “imposible”? Dile que entiendes cómo se siente, que estás a su lado, que tiene razón, que la quieres. Abrázala. No la rechaces. Tampoco seas condescendiente, sólo trata de asumir que puede que tú no seas capaz de sentirlo igual, pero su actitud es válida, es real. Rema a favor de su emocionalidad y el huracán pasará en breve, porque sólo lo que se acepta puede llegar a desenredarse. Cuanto más te instales en la negación racional de su estado emocional, más grande se volverá la bola.
3. HABLA CON TU MACHO INTERIOR.
Olvídate de pensar que sus reacciones son calculadas (salvo que tu novia sea calculadora de toda la vida, claro). Las mujeres no se vuelven malas o aprovechadas una vez que poseen tus genes en su útero, por mucha literatura de la misoginia y mucho estudio científico de Forocoches que lo avalen. Queda para tomarte unas cañas con tu heteropatriarca interior y revisa su discurso. Entiende que, simplemente, algunas mujeres, en algunos embarazos, se descontrolan de forma inevitable. Sin ningún afán de hacer daño. Nosotras mismas no comprendemos bien lo que nos pasa, somos un mar de dudas y de miedos, de alegrías y de futuribles que acojonan, y todo eso nos desborda. Os necesitamos cerca, sin juzgarnos. Sólo queriéndonos y caminando a nuestro ritmo.
4. ECHA MÁS MANOS.
Por favor, recuerda que está embarazada y que físicamente se encuentra regulín. Trata de encargarte tú al máximo de las tareas del hogar. Eso favorecerá su paz mental y vuestra armonía conyugal. El caos, por lo general, molesta a la mujer gestante en estos meses, porque empieza a imaginar su vida con bebé, contigo, con todo por ahí tirado y sucio, y le entra un estrés de tres pares de ovarios.
5. ATIENDE A TUS PROPIAS NECESIDADES.
Ya, estás pensando que como ELLA está embarazada, todo es ella, ella, ella. ¿Qué hay de ti? Tus necesidades han quedado relegadas, si no completamente aniquiladas, dando paso a un espacio de pareja cubierto al 100% por tu salvaje amorcín y el proyecto de bebé. ¿Qué importan tus problemas en el trabajo, si ella tenía hoy la prueba de la glucosa? ¿Qué más da que el Chino se haya comprado un coche flipante, que hayas terminado The Boys o que pienses hacer croissants este finde, si parece que la estantería de los peluches ha quedado torcida? ¿Qué me estás contando? ¿Qué echas de menos que te llame todos los días a las 15:00, hacer el amor, comentar libros, una felación furtiva, las cenas sorpresa? ¡Si ella está embarazada y eso hace que todo lo demás no importe!
Pues bueno, no es exactamente así. Mi recomendación es que sigas existiendo, que muestres tus necesidades. Que en lugar de reprochar lo que echas en falta, promuevas espacios para recuperarlo, momentos cuidados que inviten a la realización de lo que anhelas (lo cual no garantizará que se produzca, ojo). Que le preguntes mucho. Que te expreses continuamente, pero desde la comprensión y el cariño, nunca culpando o buscando la polémica. Que no te sientas agraviado, porque no está buscando agraviarte. Ella no trata de hacerte daño, aunque su estado te provoque, también a ti, ciertas incomodidades. No creas que es algo personal. Te quiere y te quiere a su lado. Puede que no se centre tanto en ti como antes del embarazo, pero entiende que es algo tan natural e incontrolable como una polución nocturna. Es necesario que su foco esté puesto en otras cosas y, aunque eso te resulte fastidioso a priori, lo contrario sería perjudicial para el bienestar de vuestra familia.
En resumen,
querido amigo, si estás viviendo con cierta angustia el embarazo de tu pareja, comienza por tratar de entenderla. Recuerda que las hormonas juegan su pasada, y también todo lo que ronda la cabeza de tu chica gestante. Se alían y le incitan a la violencia. Y al llanto. Y a la dulzura. Y a la íntima sensación de bienestar. Y al miedo. Y a odiar a su padre. Y a detestar a tu madre. Y a amarlos a los dos. Y a culparte. Y a abrazarte muy fuerte porque no puede vivir sin ti. Y a cómo vamos a trasladar el bebé al salir del hospital, es que todo lo tengo que pensar yo, ¿vas a seguir actuando como si no fueses padre? ¿Cuándo vas a madurar? ¿Soy yo lo suficientemente madura? ¿Y si la cago total? ¿Qué va a ser de mi vida? ¿En serio no has recogido los platos? ¿Tengo pinta de estar yo para andar detrás de ti diciéndote lo que tienes y no tienes que hacer? ¿¿¿¿¿Es que no entiendes que estoy nerviosa porque la eco de la semana que viene es crucial????? ¿Qué cojones es para ti la empatía? ¡¡¡EH!!! ¿¿¿¿¿ME ESTÁS ESCUCHANDO?????
Calma, calma. Respira. La situación es manejable. Mi consejo definitivo es muy sencillo: rema a su favor. Estarás remando también al tuyo y al de vuestra familia. Si te dice que no la entiendes, trata de investigar un poquito sobre cómo mostrar empatía, porque -seamos sinceros- a lo mejor no es tu fuerte. Si se pone de garras, respeta su espacio y quiérela. Si no te hace caso, asume tu condición de segundoplanista y organiza espacios/tiempos donde puedas recuperar tu protagonismo. Si sientes que es una bruja, olvídalo. Piensa en ti tratando de controlar tus poluciones nocturnas.
Estos altercados os dan la oportunidad de limar aspectos de vuestra relación para alcanzar la pa/maternidad mucho más fuertes y preparados. Aprovéchalos, entiende la situación y construye a partir de ella. Porque tu chica te quiere, te valora, te necesita en su equipo y estáis a punto de llegar a una experiencia mucho más flipante que todo esto que estáis viviendo ahora, por hardcore que te parezca. Así que: empatía, paciencia, suerte y a por todas -como expresión de ánimo, no como actuación desesperada de atención y/o cortejo.
No hay comentarios